Es el día que junto a mi familia disfruto como espectador de la semana santa ya que ese día no desfilo.
Tenemos la oportunidad de ver un desfile completo, nos llenamos de sentimiento y de emoción hacia unas imagenes que van cargadas de simbología, tradición y esplendor: Comienza el desfile con Jesus del huerto, desprende un increible recogimiento ante la traición de Judas. El olivo, tipico de Israel y a su vez de Baena o unos limones que cuelgan sutilmente.
La centuria romana, abriendo calle, refleja el esfuerzo de gente joven que año tras año consiguen mantener dignamente esta hermandad. Despues le sigue "Ecce Hommo" conocido como el Cristo de la Ventana: esquisita talla acompañada por poncio pilatos y un romano. Es un circulo de sentimientos inexplicables... reflejan la insinrazón del ser humano ante una condena injusta.
Suena la banda, marchas sencillas y preciosas con las que las imagenes y sus hermanos se dejan acariciar.
Cuando aparece una Doloroza, llena de lagrimas y de ternura a la vez, todo se acaba. Mira el reloj y te parece mentira que hayan pasado 3 horas, donde todo se ha detenido.
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